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Estacionando en paralelo en el espacio: la llegada de JUPITER 3 a su órbita final

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JUPITER 3 launch

El lanzamiento de JUPITER™ 3 marcó un hito importante en el camino hacia brindar mayor capacidad a los clientes en el continente americano. El cohete Falcon Heavy de SpaceX llevó a JUPITER 3 a una órbita de transferencia geoestacionaria (GTO), el primer paso en su camino hacia la órbita geo-sincrónica (GEO). Aquí detallamos cómo es el proceso de elevación de órbita, o cómo el satélite se desplaza hacia su posición final en un círculo geoestacionario perfecto. 

Estacionamiento en el espacio: Espacios Orbitales 

A cada satélite geoestacionario (GEO) se le designa una posición orbital, o su 'lugar de estacionamiento' en el espacio. El proceso de elevación de órbita se asemeja a una sofisticada maniobra de entrada que el satélite realiza para llegar a su lugar de estacionamiento final. A JUPITER 3 se le asignó una posición orbital en 95 grados oeste, a 35,786 kilómetros de la Tierra. Los 95 grados se refieren a la posición de longitud. 
 

Los espacios orbitales son asignados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), asegurando que cientos de satélites GEO puedan coexistir en el espacio sin peligro de chocar entre sí. Además de la posición sobre el Ecuador, la UIT también asigna un rango de frecuencias de radio para el satélite, lo que evita que los satélites interfieran entre sí al enviar y recibir señales desde la Tierra. 
 

Cada satélite permanece en órbita al mantener suficiente velocidad para resistir la atracción gravitatoria de la Tierra. En el caso de JUPITER 3, esa velocidad es de aproximadamente 3 kilómetros por segundo en relación con el espacio, pero es estacionaria cuando se ve desde la Tierra. El satélite no necesita usar combustible para mantener esta velocidad, solo lo utiliza para ajustar su órbita y permanecer dentro de la posición orbital asignada, en una ubicación fija sobre la Tierra. La velocidad se logra cuando el satélite se separa del vehículo lanzador. 
 

El sistema de propulsión en el satélite, con motor de iones eléctricos, utiliza alrededor de 20 kilovatios de potencia para ayudar a elevar la órbita y ubicar el satélite en su posición. A medida que el satélite da vueltas alrededor de la Tierra, aumenta gradualmente su distancia respecto al suelo en aproximadamente 200 kilómetros con cada rotación. ¡Imagina conducir un bus escolar de 8 metros de largo moviéndose a varios kilómetros por segundo para llegar a un lugar de estacionamiento asignado que solo tiene alrededor de 60-70 km de ancho! 
 

Después de que el satélite llega a su posición orbital, el sistema de propulsión con motor de iones eléctricos pasa a un modo "en órbita" de baja potencia y toda la potencia que se utilizó para elevar la órbita ahora está disponible para que la carga útil la utilice. La vida útil esperada de un satélite GEO, basada en cuándo se quedará sin combustible a bordo, es de aproximadamente 15 años. Si el operador del satélite utiliza eficientemente el combustible a bordo, la vida útil puede extenderse más allá de los 15 años estándar. 
 

Una vez en posición, el siguiente paso en la agenda es desplegar los seis reflectores principales. Los reflectores se pliegan de forma segura contra el costado del satélite durante el lanzamiento. Para desplegarlos en la posición adecuada en el espacio, se requiere una serie de eventos altamente coreografiados para mover todas las bisagras en el orden exacto necesario para lograr un despliegue correcto. 
 

Con los reflectores completamente desplegados, comienza el proceso de pruebas en órbita, que incluye pruebas de carga útil y luego pruebas de toda la red terrestre de extremo a extremo. Las pruebas de carga útil validan los muchos metros de cables coaxiales y guías de ondas instaladas en el satélite y aseguran que cada ruta esté funcionando según las especificaciones que el sistema requiere. 
 

Acompáñanos en el recorrido hacia JUPITER 3 mientras documentamos el avance del satélite hasta su puesta en servicio.